¿PREJUZGAMOS?
Todos nos hemos dejado llevar alguna vez por las apariencias externas, intuición e incluso corazonadas. Pero si nos paramos a pensarlo, ¿no os parece totalmente ilógico juzgar a alguien sin conocerlo? Cada persona es un mundo y puede que haya hecho algo malo, puede que a tú parecer no actúe de la manera correcta, pero a lo mejor para ella/él sí lo es. A lo que me vengo a referir, que nadie es perfecto. ¿Acaso tú eres la misma persona que hace cinco años? Nos equivocamos, crecemos y aprendemos.
Puede que el punto de inflexión sea empezar a mirarnos por dentro en vez de a los demás, y ahí descubrirás que no eres perfecto, y por eso los demás tampoco lo son. Cuando llegas al punto de comprensión, viene de la mano con la tolerancia. Una vez seamos capaces de entendernos, querer nuestras virtudes y defectos, se desarrolla la compresión.
Sí, las apariencias engañan. Me faltan dedos de la mano para contar las amistades que empiezan con un ''tú antes me caías mal''. A lo mejor te estás perdiendo la oportunidad de conocer a gente maravillosa, por solo una idea generada en tu cabeza. ¿A ti te gustaría que te tacharan de prepotente sin ni siquiera darles la oportunidad de hablar contigo? Obviamente no, aquí es el momento también para recordar que puedes hacer daño. Desconoces su pasado, sus motivos y/o sentimientos para actuar de una forma u otra.
Desconozco la razón, pero para mi esta visión siempre ha sido evidente (mentiría si afirmara que en algún momento no me he dejado llevar por la presión social...) He conocido a muchas personas en situaciones de riesgo, sobre todo problemas graves de drogadicción, numerosos casos donde se sufría xenofobia, machismo, embarazos no deseados, trastornos de la conducta alimentaria, incluso he tenido que tratar con intentos de suicidio de gente muy cercana. Mis amigas me preguntaban repetidamente ''¿por qué lo haces ana?, si no vas a poder solucionar nada''. Y esa pregunta sigue rondando en mi cabeza, la impotencia que sentía estallaba por mis venas, pero ahora lo entiendo.
En ese momento claro que no contaba con las herramientas necesarias para ofrecer esa ayuda, por eso estoy aquí, para obtenerlas. ¿Pero sabéis qué? Toda esa gente, lo que más necesitaba era ser escuchada, comprendida y NO JUZGADA. En aquel momento era una adolescente (supongo que recordáis esa maravillosa etapa) y claro que yo tenia mis propios problemas, pero una hora de tu día, una sonrisa sincera, una mirada de comprensión, ¿de verdad es tan complicado?
Ojalá poder haber ofrecido la ayuda que necesitaban. Pero hoy estamos aquí para tener capacidad de ofrecerla. Y sinceramente creo que uno de los principales pasos es quitarnos los prejuicios, ser consciente de que todos SOMOS, que todos sentimos y queremos ser escuchados, comprendidos y que nos den una oportunidad.
Fuente: elaboración propia
Comentarios
Publicar un comentario