CRÍTICA. Activismo de sofá.

Sin duda vivimos en una época complicada. Nuestros problemas tienen una mayor exposición y alcance, pero esa inmediatez para que las soluciones lleguen igual de rápido, no está contribuyendo. Es más, parece que cada vez hay más problemas y menos soluciones. 

Plataformas digitales y redes sociales permiten visibilizar y sensibilizar sobre muchos problemas de los que no se tenía consciencia, sí. Pero las protestas digitales han tomado distintos caminos e incluso han creado fenómenos nuevos, como el ''activismo del sofá''.

El activismo del sofá hace referencia a ese supuesto activismo que las personas realizan cuando comparten o comentar publicaciones, pero sin que haya continuidad de las acciones ''al mundo real''. Vaya, que se limitan a protestar en sus redes sociales y ya. 

Tener que ir a la calle, mantener el entusiasmo inicial de las manos con el pulgar arriba se hace difícil. Al final los días pasan, y la resistencia de la gran masa se va debilitando.

Han surgido movimientos sociales como los grupos defensa de animales, movimientos LGTB, los que luchan por una educación de calidad, una vivienda digna... También hay sectores interesados en temáticas de carácter global, como por ejemplo la violación a los Derechos Humanos...

El uso y manejo de las nuevas tecnología por ahora sí es un factor importante para seguir la lógica de estos nuevos movimientos,; por otra parte, si bien la participación en línea es mucho más cómoda y con menos riesgos, existen quienes aseguran que las redes sociales son el principal medio de vigilancia en la red. 

En mi opinión, vigilados o no, los cambios y demandas sociales son evidentes. ''¿Acaso no ayudo compartiendo su publicación?'' Nunca dije lo contrario, pero no es suficiente. Parece que hoy en día nadie es consciente de este hecho tan nítido. 

Fuente: elaboración propia en Canva

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