¿Somos adictos al móvil?, ¿afecta a nuestra estabilidad emocional?

                                             Fuente: elaboración propia. 
En los últimos años, se han producido alteraciones laborales, académicas y sociales con la implementación de los dispositivos tecnológicos. Algunas conductas adictivas han quedado reflejadas más recientemente (redes sociales, videojuegos...), pero lo que sin duda pasa, es que están presentes. 
¿Qué genera su adicción?, ¿su utilización, la dependencia que altera la conducta?
Actualmente la mayoría sufrimos las consecuencias. Y si crees que no, dime qué sientes cuando piensas que has perdido el móvil, o se te queda sin batería, o cuando se va internet. 

El uso abusivo del teléfono móvil es un problema actual, que al principio solo parecía centrarse en los adolescentes, pero ya nos incumbe a todos. 

¿Pero cómo hemos llegado hasta aquí? El móvil nos aporta muchas ventajas: hablar con quien quieras donde quieras, tienen cámara de fotos, es cómodo y transportable, actualmente la batería sí dura, accedes a un montón de información y dispones de miles de aplicaciones (calculadora, reloj, notas, música...) Es fascinante todas las posibilidades recogidas en la palma de la mano. 
Tener y utilizar un teléfono móvil no es perjudicial en si mismo, pero sí si se hace de forma irresponsable; por eso, deberíamos empezar a tener presentes las desventajas, o por lo menos recodarlas de vez en cuando. 

Una vez que comienza el proceso de dependencia es complicado frenarlo, te sientes desbordado y a la vez incapaz de reconocer lo que está pasando. El móvil aporta sensaciones gratificantes y placenteras, actúa como un reforzador positivo. Pero, la conducta también se refuerza negativamente cuando lo usamos para evadirnos de problemas y evitar estados de ánimos negativos (inquietud , aburrimiento...) 
Esta contradicción, que en la mayor parte ni podemos verla, se reproduce en una pérdida de control. 

La estabilidad emocional, hace referencia a la emocionalidad del individuo. Las personas que tienen una gran inestabilidad, cambian frecuentemente de humor, se sienten culpables, deprimidas, reaccionan de una manera muy fuerte... Por esta razón se cree que son más solitarias y por eso usan más el teléfono móvil, de una forma negativa. Podemos hablar de una necesidad de aprobación social, que afecta a la salud mental si no se consigue o aproxima a las expectativas. 

En mi opinión, para comenzar a disminuir esta adicción, hay que reconocer que hay un problema y querer dar el paso de abandonarlo o por lo menos empezar reduciendo. No es fácil, por eso es importante el compromiso terapéutico. De ahí se pasaría por la abstinencia y el paulatino proceso de querer llevarlo siempre encima. Una forma de sobrellevarlo es controlando los estímulos o favorecer conductas alternativas. Cuando se consiga la extinción, mantener y prevenir la recaídas. 

Personalmente sí he tenido situaciones en las que me he sentido impotente por ser consciente de la dependencia, he sufrido ansiedad por tener la obligación de tener que estar disponible para todos en todo momento, y me han obligado a ponerme en una foto cuando no quería salir. 

¿Y tú, alguna vez te has sentido así?




Por si todavía tienes dudas, te animo a que realices este test para comprobar si lo eres o no.

Un saludo y a cuidarse

Comentarios

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  2. Buenos días Ana!
    Me parece muy interesante tu entrada de esta semana, la verdad es que es un tema que creo que a todos nos preocupa y del que realmente no somos conscientes. Como tú bien dices, el móvil no es algo malo en sí, lo perjudicial es el uso que nosotros le damos, por eso debería de estar más controlado, pero para que eso pase primero tenemos que darnos cuenta de que tenemos un problema. Me ha hecho reflexionar, porque ciertamente sabía que pasaba bastante tiempo con el teléfono, pero no me había parado a pensar que eso afecta notablemente a mis emociones.

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  3. Buenos días Ana!
    Me parece muy interesante tu entrada de esta semana, la verdad es que es un tema que creo que a todos nos preocupa y del que realmente no somos conscientes. Como tú bien dices, el móvil no es algo malo en sí, lo perjudicial es el uso que nosotros le damos, por eso debería de estar más controlado, pero para que eso pase primero tenemos que darnos cuenta de que tenemos un problema. Me ha hecho reflexionar, porque ciertamente sabía que pasaba bastante tiempo con el teléfono, pero no me había parado a pensar que eso afecta notablemente a mis emociones.

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    1. Hola Laura. Me alegro de que te haya hecho reflexionar, es un hecho que todos deberíamos replantearnos. ¿Le controlo yo a él o él a mi?

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